sábado, 29 de septiembre de 2012

Vendrán tiempos mejores

O puede que no. A veces la tormenta dura más que el sol, y tus palabras están cada vez más lejos. Pensaba que tú eras la última calada, el último trago, el punto y final de mi historia. Pero como siempre me volví a equivocar y ahora solo queda esperar a que se pase la decepción. Puede parecer una tontería, pero decepcionarse a sí mismo es, sin duda, un sentimiento horrible. Te desgarra, te consume y hace que quieras llorar, que cada alegría tenga menos valor y cada golpe abra una nueva herida. Y todos los problemas parecen mayores, más temibles... pero no sé si es mejor afrontarlos o ignorar que están ahí, aprender a vivir con ellos.

Pero creo (y confío en) que todo pasará, y que todos estos momentos serán solo otro capítulo en nuestras vidas que desaparecerá en las manos del tiempo...

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